Una de las raras ocasiones en las que pinté un retrato masculino.
A diferencia de los femeninos, en este caso aparece la mirada y no la boca. El resto es una abstracción total.
La intención es representar la esencia de la persona desde afuera. Tanto el color como las grandes manchas de abstracción pretenden traer el interior hacia el exterior y ofrecer una mirada introspectiva que queda expuesta hacia quien lo observa.

Óleo sobre lienzo
116x81 cm.
2015
 
Esta obra se entrega con un certificado de autenticidad firmado por la artista.

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